Facilitar la participación de las personas con obesidad en las actividades de la vida diaria

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Preguntar a los pacientes sobre su desempeño en las actividades de la vida diaria, incluyendo la movilidad, el cuidado personal, y las interacciones con el entorno social y existente, proporcionará información valiosa sobre los facilitadores y las barreras para la participación en las actividades diarias, incluyendo las
recomendaciones de tratamiento. A su vez, pregunte a los pacientes a qué hora del día les viene mejor acudir a las citas y trabaje con ellos para integrar las actividades relacionadas con el tratamiento de la obesidad en su rutina diaria, dejándoles el tiempo necesario. Esto puede ayudar al personal de salud a adaptar las intervenciones para el tratamiento y el manejo de la obesidad.

  • Los lugares y espacios donde se prestan los servicios de salud deben ser físicamente accesibles, equipados y respetuosos en términos de su utilización por parte de las personas con obesidad, de modo que los pacientes puedan acceder a toda la gama de servicios de atención, incluidas la evaluación y el tratamiento. También hay que tener en cuenta las características de accesibilidad en el centro de salud, como el acceso al estacionamiento, el transporte público y el ancho
    de las puertas para que pasen los equipos de movilidad.
  • La prevención de lesiones, que incluye la reducción del riesgo de caídas, es posible mediante la prescripción de ejercicios para mejorar el control postural, el equilibrio y la fuerza de las extremidades inferiores. La Falls Efficacy Scale1 es una medida psicométrica fiable que determina la preocupación de una
    persona por su riesgo de caídas mientras realiza actividades de la vida diaria que implican caminar o desplazarse.
  • Los pacientes que reportan dificultades significativas para participar en las actividades de la vida diaria pueden beneficiarse de una derivación a kinesiología, terapia ocupacional, fisiatría y/o dermatología.2,3
  • El personal de salud debe examinar el estado de salud de la piel y heridas de los pacientes, para identificar cualquier aspecto preocupante, como puntos de presión, resquebrajamientos o signos de infección.4
  • El personal de salud debe identificar cuando el dolor interfiere con las AVD en las personas que viven con obesidad, si el dolor es de la columna lumbar puede
    utilizar índice de discapacidad de Oswestry como medida confiable, válida y sensible para evaluar el grado de discapacidad ocasionado por él.5
  • El personal de salud debe fomentar el uso de estrategias de conservación de energía para facilitar la participación en las Actividades de la Vida Diaria (AVD): estrategias de posicionamiento, uso de asientos y dispositivos de ayuda para vestirse, bañarse etc.
  1. Recomendamos que el personal de salud pregunte a las personas con obesidad si les preocupa el manejo de las actividades de autocuidado, como bañarse, vestirse, el control del intestino y la vejiga, el cuidado de la piel y las heridas, y el cuidado de los pies (Nivel 3, Grado C).7
  2. Recomendamos que el personal de salud evalúe el riesgo de caídas en las personas con obesidad, ya que esto podría interferir con su capacidad e interés en participar en la actividad física (Nivel 3, Grado C).6
  3. Como recomendación de buena práctica clínica, sugerimos la derivación a fisiatría cuando el dolor crónico interfiere con la ejecución o participación en las AVD en las personas con obesidad.5
  4. Como recomendación de buena práctica clínica, sugerimos la derivación a dermatología para el cuidado de la piel y heridas, cuando el problema cutáneo o herida no se curan en las personas que viven con obesidad.
  5. Como recomendación de buena práctica clínica, sugerimos la derivación a especialista, a personas con obesidad que vean interferida sus AVD y calidad de vida producto de alguna afección en la función sexual.
  • Algunas personas con obesidad tienen problemas de movilidad y corren el riesgo de sufrir resbalones, tropiezos o caídas. Esto podría interferir con su capacidad e interés en participar en la actividad física. Informe al personal de salud que lo atiende si ha tenido una caída o tiene miedo a caerse mientras realiza sus actividades cotidianas.6
  • Las consultas de atención de sus médicos y los espacios de atención clínica deben ser físicamente accesibles y estar equipados para que todos los pacientes puedan acceder a toda la gama de servicios de atención clínica, incluida la evaluación y el tratamiento. Comunique al personal de salud
    si existen barreras que le impiden participar plenamente y tener acceso a la atención médica. Esto incluye el acceso a estacionamiento, transporte público, ascensores, escaleras, asientos, puertas, accesibilidad a los baños, etc.
  • La obesidad se asocia a un mayor riesgo de alteraciones cutáneas que pueden dar lugar a enrojecimientos, ampollas, sarpullidos y heridas abiertas que se resisten a cicatrizar. Las personas con obesidad deben vigilar de forma rutinaria la condición de su piel y el estado de las heridas para identificar
    cualquier aspecto preocupante, como puntos de presión, roturas de la piel o signos de infección. Debe prestar especial atención a las zonas de los pliegues de la piel.4 Asegúrese de informar al personal de salud que lo atiende si tiene una lesión dérmica no importando su localización.
  • Las restricciones en el rango de movimiento, equilibrio y movilidad que experimentan algunas personas con obesidad pueden afectar la capacidad para realizar actividades de autocuidado, como bañarse, vestirse, controlar el intestino y/o la vejiga, cuidar la piel y/o las heridas y cuidar los pies. Los problemas en este ámbito pueden requerir la adaptación de las actividades de autocuidado y/o el uso de dispositivos de asistencia: alzador, esponjas de mango largo, banco para el baño, barras de sujeción, ayudas técnicas para vestirse y moverse.7
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