Prácticas y políticas para reducir los sesgos sobre el peso en el manejo de la obesidad

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  • Quienes formulan políticas en obesidad deben evaluar y reflexionar sobre sus propias actitudes y creencias relacionadas con la obesidad.1
  • Las políticas públicas en salud deben evitar usar lenguaje e imágenes estigmatizantes. Existe evidencia que establece que discriminar y avergonzar a una persona por su peso no genera un cambio conductual. De hecho, la estigmatización puede incrementar la probabilidad de que las personas
    incurran en conductas menos saludables; por lo que, según el enfoque basado en la evidencia para el manejo de la obesidad, no tiene respaldo utilizar esta estrategia.2,3
  • Evitar afirmaciones que planteen que conductas saludables podrían reflejarse en cambios en el peso al redactar políticas públicas en salud. El peso no es una conducta y no tendría que ser el objetivo de ningún cambio conductual. Es necesario evitar evaluar el impacto de políticas públicas, programas o campañas sobre alimentación saludable y ejercicio físico en función únicamente del peso o el índice de masa corporal. Debido a que los sesgos contribuyen
    a inequidades sociales en salud, defienda y apoye a las personas que viven con obesidad. Esto incluye el apoyo de políticas de acción para prevenir los sesgos y la discriminación basada en el peso.2–8
  • Quienes formulan políticas deberían estar al tanto de que la mayoría de las personas que viven con obesidad han experimentado sesgos o alguna forma de discriminación basada en el peso. Por lo tanto, tendrían la obligación de considerar el estigma de peso como una carga adicional que tiene desenlaces en los resultados en salud de la población y desarrollar intervenciones que se ocupen de ello. Para evitar agravar el problema, instamos a los gestores de políticas a no profundizar el daño y a desarrollar políticas centradas en las personas que vayan más allá de la responsabilidad individual, reconociendo la complejidad de la obesidad y promoviendo salud, dignidad y respeto con independencia del peso o forma corporal.
  • Los profesionales de la salud deben asegurarse que el ambiente clínico sea accesible, seguro y respetuoso para todos los usuarios, independiente de su peso o talla. Se sugiere hacer esfuerzos para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas, más que solamente centrarse en el manejo de la obesidad. Se sugiere pedir permiso antes de pesar a alguien y nunca hacerlo delante de otras personas, además de destinar espacios físicos privados para utilizar la balanza. Los profesionales de la salud deben considerar que los espacios físicos estén adaptados para personas de todas las tallas y asegurarse de tener equipamiento apropiado para todas las formas corporales (por ejemplo, brazalete para toma de presión arterial, batas, sillas y camillas), los cuales deben estar disponibles en todas las salas clínicas antes que los usuarios lleguen. Debido a que los sesgos impactan en la morbilidad y mortalidad, defienda y apoye
    a las personas que viven con obesidad.
  1. Los profesionales de la salud deben evaluar sus propias actitudes y creencias sobre la obesidad y considerar cómo impactan en sus propias prácticas profesionales (Level 1a; Grade A).1
  2. Los profesionales de la salud deberían reconocer que el sesgo de peso internalizado (prejuicio hacia sí mismo) en personas que viven con obesidad puede afectar resultados conductuales y de salud. (Level 2a; Grade B).13,21,22
  3. Los profesionales de la salud deben evitar usar palabras (Level 1a, Grade A),2 imágenes (Level 2b, Grade B)2 y prácticas (Level 2a, Grade B)9 que emitan juicios sobre las personas cuando están trabajando con personas que viven con obesidad.
  4. Recomendamos que los profesionales de la salud eviten hacer conclusiones apresuradas que vinculen cualquier dolencia o motivo de consulta con el peso corporal (Level 3, Grade C).9,23
  1. La Coalición Chilena para el Estudio de la Obesidad sugiere que los estudiantes y profesionales de la salud sean capacitados en sobrepeso y obesidad para disminuir actitudes, creencias y comportamientos que contribuyan de manera directa e indirecta a la estigmatización de los pacientes que viven con sobrepeso u obesidad (Ver aquí el resumen de la metodología).

Certeza de la evidencia: Baja Fuerza de la recomendación: Condicional

  1. Los sesgos podrían afectar la calidad de la atención en servicios de salud a personas con obesidad. Por ejemplo, el sesgo de peso podría afectar negativamente las actitudes y comportamientos de los profesionales de la salud hacia personas que viven con obesidad.8,9
  2. Experiencias de estigmatización por el peso podrían dañar su salud y bienestar. Experimentar un trato injusto debido a su talla o peso es inaceptable. Hable con su profesional de la salud sobre sus experiencias de estigmatización. Exprese su opinión y, de ser posible, involúcrese en acciones para detener la discriminación basada en el peso.10–12
  3. Hable con su profesional de la salud sobre cómo abordar el sesgo de peso internalizado. El sesgo puede impactar sus conductas y su salud. Tanto la auto
    estigmatización como el culparse a sí mismo puede ser abordado a través de intervenciones conductuales, consistentes con los principios de la terapia cognitiva y la terapia de aceptación y compromiso 13–18 (véase el capítulo Intervenciones psicológicas y conductuales eficaces en el
    tratamiento de la obesidad).
  4. Trate de concentrarse e incorporar hábitos saludables y en mejorar su calidad de vida más que en la pérdida de peso. El peso no es una conducta y no debe ser el objetivo de los cambios conductuales. 19,20
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